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8 horas de trabajo: mito perjudicial para la salud

8 horas de trabajo

8 horas de trabajo: mito perjudicial para la salud

Desde que en el siglo XVII unos cuantos obreros cabreados empezaran las primeras protestas de lo que se convertiría en la Revolución industrial, la jornada laboral no ha cambiado gran cosa. El trinomio 888 sigue siendo el santo grial laboral y se niega a dejarnos. Solo algunos valientes se atreven a cuestionarlo tímidamente, mientras que para los emprendedores hablar de horarios es directamente una quimera.

 

8 horas de trabajo

Los estados y los nuevos empresarios han llegado a la conclusión de que ocho horas de trabajo son demasiadas horas. El trabajador se pasa el día en su puesto, con la equivocada idea de que el presentismo le hará más productivo. Al menos, de cara al jefe. Un hecho absurdo que hace perder el tiempo al empleador y al empleado.

En contra de los tópicos, nuestro país es uno de los países desarrollados donde más horas se echan en la oficina. La jornada laboral española es la más larga de nuestro entorno, que llega a las nueve horas y veinte minutos. ¡Perfecto! No solo no hacemos ocho horas, sino que realizamos más porque Spain is different.

Mientras los españoles alargamos la jornada, el resto de los países modernos intentan reducir los horarios laborales sin tocar un ápice del sueldo. Estas medidas se fundamentan en estudios como los que ofrece Workmeter en los que se revela que es técnicamente imposible concentrarse durante ocho horas seguidas. La jornada ideal se establece en seis horas por la mañana ya que la concentración óptima de un trabajador no excede esa cantidad de horas. Se trata del horario en el que la productividad y eficiencia se concentran al máximo: una cuestión de calidad, no de cantidad.

8 horas de trabajo

Así mismo hay un dato revelador y sorprendente: el día más productivo de la semana es el viernes… por una sencilla razón: muchas empresas tienen horarios reducidos que aumentan la productividad por el deseo de salir antes de trabajar. ¿Por qué no aprovecharse de ese factor?

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De nada sirve trabajar sin descanso; es de cajón que no es bueno para la salud. Pero si existen escépticos sobre este tema, la OMS lo dejó claro en noviembre de 2017: el estado mental de los trabajadores debe ser una prioridad en política pública de salud. En un entorno social y laboral cada vez más frenético y estresante se hace cada vez más necesario velar por la salud mental de los profesionales.

Sí, todo esto está muy bien, pero más de uno estará pensando que es del todo inalcanzable… ¡Os equivocáis! Para los trabajadores industriales de Alemania es una realidad desde principios de 2018. Tras varias protestas han reducido sus jornadas a 28 horas semanales junto a medidas de aumentos salariales. La vida familiar y de ocio le va ganando terreno a la jornada laboral.

Es una lástima que para los emprendedores más devotos este trinomio no sea más que un mito. Hay currantes incansables que no saben lo que es un horario ni una jornada. Sin vacaciones y sin descansos, terminarían por no enterarse ni del día en el que viven, si no fuera porque se lo dice su smartphone. Podrían incorporarse fácilmente al club de políticos que, como Trump o Merkel, duermen la friolera de entre cuatro y cinco horas al día.

8 horas de trabajo

Ya que para los emprendedores el trinomio 888 no tiene mucho sentido, solo queda recomendarles otro tipo de tríada. David Carulla propone en el blog Canasto.es una combinación de trabajo, ocio y descanso que satisfaga tanto a emprendedores, como a sus clientes y empleados. La propuesta pasa primero por tomar consciencia del tiempo que se invierte y en qué se invierte. Con esa información sobre la mesa es muy fácil ver en qué se está fallando: ¿se duerme poco? ¿El ocio brilla por su ausencia?

Lo bueno que siempre se dice del emprendedor, es que es el dueño de sus horarios, pero luego llegan los clientes y se cargan este planteamiento. Para organizarse, hay que tirar de experiencia, ajustar los procedimientos con clientes y colaboradores y conjugarlo todo con la disponibilidad de los empleados. Parece complicado, incluso demasiado parecido a hacer malabares… pero cuando todo encaja, emprender se convierte en algo maravilloso, incluso cumpliendo el trinomio 888.

Al fin y al cabo, todo se reduce al bienestar en el trabajo: si eres feliz, trabajarás mejor. Y si para ser feliz necesitas más horas de ocio o tiempo para dedicarte a ti mismo, adelante, hazlo. Calentar la silla hasta que dé la hora no te va a hacer sentir mejor contigo mismo.

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¿De qué sirve trabajar hasta la extenuación? No hace falta convertirse en un karoshi para poder decir que rendimos en el trabajo. Según la OIT (Organización Internacional del Trabajo) el estrés que produce el trabajo supone la pérdida del 3% del PIB de cada país. No merece la pena matarse a trabajar.

En Suecia llevan años testando el modelo de seis horas y han multiplicado sus beneficios, las bajas se reducen y la productividad aumenta. Los alemanes ya han tomado buen ejemplo de ello. Otro modelo es posible. Empecemos a trabajar para vivir y no vivamos para trabajar.

En portada: imagen de la serie de TV Workaholics

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Diego Sánchez

Periodista y comunicador audiovisual de formación. Periodista freelance y maquetador editorial como profesión actual. Siempre en busca de la creatividad y con un escudo de optimismo.