Conclusión

Aunque aquí nos hemos centrado en el papel del trabajo en la configuración de la felicidad de las personas, vale la pena señalar que la relación entre la felicidad y el empleo es una interacción compleja y dinámica que corre en ambas direcciones. De hecho, las recientes investigaciones nos muestran que el trabajo y el empleo no solo son impulsores de la felicidad de las personas, sino que la felicidad en sí misma puede ayudar a moldear los resultados del mercado laboral, la productividad e incluso el desempeño empresarial. Por tanto, ser feliz en el trabajo no es solo un asunto personal; también es económico.