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Repair Café, el espacio para reciclar y reparar

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Repair Café, el espacio para reciclar y reparar

Dicen que no te acostarás sin aprender una cosa más. Y cada vez me doy más cuenta de que es una afirmación rotundamente cierta. Navegando por el infinito mundo de internet en busca de nuevas tendencias sobre economía colaborativa, me encuentro con una iniciativa que me parece, cuanto menos, admirable.

 

La mentalidad colaborativa está abriéndose caminos cada vez más amplios en nuestra sociedad. Cada vez somos más conscientes de que podemos compartir, y no sólo que podemos, sino que estamos llamados a hacerlo. Ya sea por la inercia o por un instinto racional: reducir gastos y ahorrar en productos o servicios que hasta ahora ni imaginábamos es cada vez más habitual.

Pues bien, aquí mi descubrimiento del mes. Se llama Repair Café, y es un proyecto tan práctico como reconfortante. Y es que es capaz de aglutinar tres aspectos importantes: por un lado, retoma la esencia del «reparar», por otro, crea comunidad en torno a sus participantes, y, por último, tiene en cuenta a la naturaleza.

Vayamos por partes. En primer lugar, y para situarte, diré que los Repair Café son espacios, lugares con un único fin: reparar cosas entre todos. Es una especie de taller que dispone de herramientas y materiales para llevar a cabo las reparaciones de aparatos, juguetes, ropa, muebles… ¡de todo lo que se rompa! Pero claro, podrías pensar que si no eres un «manitas», no tienes nada que hacer. Pues no, porque en todos estos lugares hay voluntarios expertos en diferentes materias para ayudarte en los arreglos. Así siempre aprenderás cosas nuevas, podrás ponerte mano a mano con ellos y hasta seguro que te conviertes en un experto en reparaciones.

La parte de «Café» también es importante, pues es el factor que añade un toque de compañerismo, de comunidad… de familia. Así el término colaborativo cobra más sentido. Mientras reparas conversas, charlas, aprendes y, por qué no, compartes cafés. Y también tiene su parte humanitaria. Recientemente publicaban en su web que Día, un refugiado sirio de 37 años, asistió a un Repair Café para aportar sus conocimientos textiles, pues en Aleppo era dueño de una fábrica de ropa infantil. Y este no es un caso puntual. En otros países como Holanda o Austria, varios refugiados sirios han participado en estas iniciativas para arreglar aparatos acompañados de los voluntarios.

Como sus fundadores afirman, estamos acostumbrados a generar infinitas cantidades de basura. Cuando algo no sirve, lo tiramos. Da igual si puede ser reparado o no. Esto provoca enormes perjuicios no sólo económicos sino vitales. Alargando la vida de los productos se evita tirarlos a la basura y, por tanto, se necesitan menos materias primas y menos energía para fabricar nuevos productos. Es así como se reducen las emisiones de CO2. Por desgracia esto es algo que tardaremos muchos años en entender. Pero gracias a iniciativas como esta, nos empezamos a concienciar de la importancia de reciclar, de regenerar, de reparar no sólo por nuestro bolsillo, sino por la supervivencia de nuestro planeta.

El concepto de Repair Café surge en Holanda el año 2007 de la mano de Martine Postma, quien se dedica a promover la sostenibilidad a nivel local y que ha logrado, a través de la Fundación Repair Café, que haya más de 1000 puntos en todo el mundo… ¡hasta en Japón!

En portada: imagen de la película Café Society.

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Lucía Fernández

Madrileña, graduada en Periodismo y Comunicación Integral por la Universidad Francisco de Vitoria. Empezó a rodar en los medios digitales de su universidad (reportera, locutora de radio y redactora), siguió su formación en Canal+ Liga y en departamentos de marketing y ahora trabaja como community manager para una importante empresa de consultoría. Apasionada del periodismo como herramienta para dar voz a los que no la tienen.